jueves, 6 de octubre de 2016

Los prepotentes del análisis técnico dicen que lo suyo es lo que vale ¿Sabes por qué?

Dow era un tipo que escribía todos los días lo que había pasado el día anterior en la bolsa en su periódico recién sacado del horno, el Wall Street Journal y sí, además del periódico también le puso nombre al índice Dow Jones (Jones era su colega de juergas). Antes de que eso ocurriera, la gente pensaba que la única forma de adelantarse al mercado, era sobornar al que sabía los cotilleos de las empresas antes de que los publicaran. Era un tiempo en el que sólo ganaban esos pelados cotillas de empresas y sus untadores... hasta que Dow, a base de publicar noticias y de enterarse de lo candente en Wall Street, se dio cuenta de que no había tanto caos en la bolsa y que las acciones se comportan por tendencias.

Es como las sardinas del Mariano, que están muy ricas, sí pero que cada día las va poniendo más caras, para que no nos enteremos de la subida. Pero como tiene el chiringuito en la playa, cuando llega octubre baja el precio porque no viene ni Rita la Cantaora a pedirle un espeto. Y eso se repite todos los años.

Los analistas técnicos dicen que para qué estudiar a Mariano si con el precio de sus sardinas saben lo que ha ocurrido: si han bajado.. ya sabes, Rita ha hecho de las suyas y si han subido debe ser que ahora le compra mucha gente... así que ¿para qué le vamos a pedir las cuentas a Mariano como hacen los analistas fundamentales?

Por eso los analistas técnicos tienen tres teorías:

1. Que los movimientos del mercado lo descuentan todo (lo que decíamos antes, que para qué repasar las cuentas de Mariano si el precio de sus sardinas lo dicen todo).

2. Que los precios se mueven por tendencias: por eso Mariano cada día sube un poquillo más el precio de las sardinas en temporada alta.

3. Que la historia se repite, o sea que Mariano siempre hace lo mismo todos los años, y por eso, de vez en cuando hay que coger el coche y plantarse donde Mariano en pleno octubre para tomarse unas sardinas como Dios manda pero más baratas.

Es por estas cosas que los analistas técnicos son más chulitos que un ocho... porque nos tienen más que medidos y nos repetimos más que el ajo.

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